Reseña de libro
Lo femenino de Marie-Hélène Brousse
Lo femenino| Marie-Hélène Brousse | Tres Haches| 2020
Eugenia Destefanis

Universidad Nacional de Córdoba

eugeniadestefanis@gmail.com

Lo femenino le da nombre al libro de Marie-Hélène Brousse publicado por Tres Haches en 2020. Recorrerlo nos invita a descubrir textos de su autoría, que van desde el año 2000 al 2019, donde podemos encontrarnos con precisiones epistémicas, clínicas y políticas que echan luz sobre aquello opaco y desconocido para todo ser hablante: lo femenino. Fundamental, por un lado, para pensar a la época actual, la época de los Unos-solos, como nos dice la autora, en donde los grandes debates se vienen dando en relación a las formas de vivir y abordar la sexualidad, las identidades sexuales y los lazos sociales. Así como también, por el otro lado, por su importancia en la experiencia de un análisis, dando cuenta de aquello singular que habita en cada uno, propio de cada parlêtre, que no se “confunde con las mujeres” (p. 8), sitúa Leonardo Gorostiza en un imperdible prefacio. Se trata entonces de ese fuera de género, como nos adelantan con su título las próximas Jornadas de la Escuela de la Orientación Lacaniana.

Así, nos encontraremos con más de veinte textos que toman los significantes de la época, los síntomas, los malestares, los cambios de discurso, el amor, la maternidad; y donde la autora, recurriendo a otras disciplinas, a viñetas clínicas y a fragmentos testimoniales propios, ubica lo que es central en la lectura: la tensión entre lo universal y lo singular. Tensión de la que se ocupa fuertemente el psicoanálisis. Nos hace saber de la importancia de una escucha sin prejuicios, atenta, orientada por lo más singular de cada uno, que apunte a dar vuelta a el discurso del amo, el cual, en tanto organizador del lazo social y prescriptor de modalidades de goce determina cuales están permitidas y cuáles no.

M-H Brousse nos advierte que todo significante amo es segregativo y que el universal, el para todos, justamente introduce la segregación de la cual pretende escapar, siendo lo femenino, para Lacan, una “tentativa de subvertir el juicio de universalidad que, según me parece, es la única posibilidad de hacer fracasar la segregación” (p. 82) y que, “la experiencia analítica, permitiendo el despliegue de otro discurso, hace volar en pedazos esta universalidad” (p.42).

De este modo localizamos la importancia de lo femenino para una política desegregativa como es la del psicoanálisis. A lo largo de los diferentes textos, vamos del todo a la excepción, ubicando las formas que toma lo universal, sus fracasos, sus paradojas. Aborda un punto crucial del momento en que vivimos, partiendo de un significante que en algún momento pretendió ser del orden de lo universal para hablar de las mujeres: la maternidad. Sitúa allí cuestiones fundamentales para adentrarnos en los debates sobre el aborto y ubica la separación que devino entre ser madre y ser mujer: “la maternidad dejo de ser a la vez, una obligación de la naturaleza y un destino de discurso; devino una elección de goce” (p. 22).

Elección de goce, clave para introducirnos en una diferencia radical: género y goce. Nos permite ubicar que el psicoanálisis aborda la sexualidad desde el goce y no desde el género. Este último tiene como única sustancia la del semblante, siendo del orden del discurso y de las identificaciones. Nos dice que Lacan insiste en Aun en referirse a los “llamados hombres” y las “llamadas mujeres”, para hacer hincapié justamente en que no habla en términos de género, sino que, los mismos no son más que seres de discursos, y que, en todo caso, cada quien tendrá por construir su propia definición del mismo. Bajo el equívoco plantea que el discurso analítico es a-genero, sin el género, pero no sin lo sexual. “El sexo como modalidad de goce no es identificación, sino un acto, una elección” (p. 202).

Así nos introduce en ese más allá de las identificaciones, más allá del fantasma, que da cuenta de lo más singular de cada uno, haciéndonos saber que cada analizante es único, desde sus inicios. Recorto un pasaje: “entonces devine psicoanalista, escucho los Unos-solos sin jamás prejuzgar sus modos de goce y sus soluciones sexuadas. Mi principio es lacaniano: `el ser sexuado no se autoriza más que de sí mismo”. Paso mi escucha, como Lacan testimonió de sí mismo, escuchando seres hablantes inventar su género y someterse a la lógica de su saber inconsciente, asumir la elección de sus modos de goce. Desegregación. Uno no se desembaraza de su síntoma, se lo vuelve operativo” (p. 82).

Hasta aquí, ante la imposibilidad de decirlo todo, sobre este excelente libro que nos brinda precisiones claves para avanzar y para pensar a la época y sus discursos. Nos enseña acerca de la sutil y prudente escucha, acerca de lo activo del vacío, bordeando la alteridad y lo hétero que habita en cada Uno, orientando al psicoanalista y su práctica, a sabiendas de que no hay estándares, pero sí principios para una clínica desegregativa.

Referencias

Brousse, M-H. (2020). Lo femenino. Tres Haches.



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